El despliegue de World ID en Latinoamérica promete transformar la relación entre humanos, tecnología e inteligencia artificial mediante una identidad digital verificable, privada y descentralizada
América Latina lidera el uso de billeteras digitales, pero también el ranking de fraude en comercio electrónico y chargebacks. El costo: hasta el 1,6% del PBI en países como Brasil. Las empresas destinan el doble en gestión de fraude en comparación con EE.UU. A esto se suma un bajo índice de confianza interpersonal, en una región que, paradójicamente, adopta masivamente soluciones digitales.
Martin Mazza, Regional Growth Manager de Tools for Humanity (TFH), planteó en el Congreso América Digital 2025 que la solución está en un nuevo primitivo digital: una identidad digital verificable y anónima, que garantice la humanidad de quien accede a servicios digitales sin sacrificar privacidad y que permita una adopción segura de la inteligencia artificial.

World ID: infraestructura abierta para probar humanidad en línea
World ID, impulsado por TFH y fundado por Sam Altman, se presenta como esa capa de identidad digital cripto que protege el anonimato y al mismo tiempo autentica a los humanos en entornos digitales. Su despliegue en la región es contundente: más de 8 millones de personas en Latinoamérica ya cuentan con una identidad verificada en la red.
Con 25 millones de usuarios globales y más de 11 millones de humanos verificados, World ID ya no es un piloto, sino una infraestructura pública de identidad descentralizada para gobiernos, empresas y desarrolladores. Y su utilidad se multiplica en un mundo donde los CAPTCHAs ya no son obstáculo para la IA.
Mini apps y ecosistema cripto: del piloto al uso masivo
Una de las grandes apuestas de TFH para escalar World ID es el lanzamiento de «mini apps», aplicaciones construidas sobre esta credencial digital que conectan servicios reales entre humanos verificados. En solo seis meses, este ecosistema sumó 150 apps y más de 8 millones de usuarios, sin inversión en marketing.
Las mini apps permiten desde compras con criptomonedas en Amazon o Starbucks hasta el acceso a microcréditos sin colateral. Casos como Credit, iLingo o Emporium ilustran la capacidad de esta infraestructura para catalizar servicios financieros, educativos y de IA. Y todo anclado en una única identidad verificable que garantiza confianza sin vigilancia.

Privacidad por diseño y apuesta por el código abierto
World ID se construye sobre blockchain con principios de transparencia, auditabilidad y código abierto. A diferencia de esquemas centralizados de verificación, TFH prioriza la confianza inherente al diseño descentralizado: nadie controla el sistema, pero todos pueden validarlo.
El ecosistema también crece con el programa «Build a TAM», una iniciativa de becas y financiamiento con fondos de venture capital regionales, que destinará un millón de World Coins para apoyar startups latinoamericanas que usen World ID como base de nuevos productos digitales.
Mientras la IA multiplica los desafíos de autenticación, World ID aparece como una solución cripto-native que permite escalar servicios digitales sin perder privacidad ni confianza. No se trata solo de combatir el fraude, sino de construir una nueva capa de internet donde ser humano siga siendo relevante.