Aunque el acceso a Internet sigue creciendo en Colombia, las diferencias en velocidad y tecnología crean una brecha digital que va más allá de la simple conectividad.
Colombia ha experimentado un avance notable en conectividad a Internet durante los últimos años.
De acuerdo con el más reciente Boletín trimestral de las TIC, publicado por MinTIC, las velocidades de descarga han aumentado de manera considerable, con el cable alcanzando los 277,9 Mbps y la fibra óptica llegando a los 225,4 Mbps.
Además, el acceso fijo a Internet sigue expandiéndose, con tecnologías como la fibra óptica registrando un crecimiento del 4,9 % en el último trimestre. Sin embargo, vale la pena preguntarse si estos datos reflejan realmente una mejora equitativa en la conectividad del país, o estamos ante un espejismo tecnológico que solo favorece a ciertos sectores.
Conectividad a dos velocidades y brecha digital
El informe revela que departamentos como Antioquia, Bogotá y Quindío lideran en accesos fijos a Internet, con hasta 29 accesos por cada 100 habitantes. Pero, al otro lado de la balanza, regiones como Vaupés, Guainía y Chocó siguen enfrentando dificultades significativas para garantizar una conexión estable y rápida.
Aunque la velocidad promedio ha mejorado en todo el país, la brecha entre regiones es evidente, lo que deja en entredicho la equidad del progreso digital.
El acceso a Internet no solo es una cuestión de infraestructura, sino de oportunidades. Mientras en las grandes ciudades la fibra óptica y el cable dominan el mercado, ofreciendo altas velocidades, en muchas zonas rurales las opciones se reducen a conexiones satelitales de bajo rendimiento o a la ya obsoleta tecnología xDSL, que cayó un 25,3 % en el último trimestre.
Este desfase tecnológico afecta el desarrollo económico y educativo de miles de colombianos, que ven limitada su participación en la economía digital.
¿Mejor conectividad o exclusión tecnológica?
Si bien el aumento en la velocidad de descarga es una señal positiva, también podría estar generando una exclusión tecnológica.
Las plataformas y servicios digitales exigen conexiones más rápidas y estables, y es ahí cuando las zonas con acceso limitado a tecnologías avanzadas podrían quedar rezagadas. ¿Está el país priorizando la expansión de la conectividad de manera uniforme o se está favoreciendo el avance de unos pocos?
Si bien los datos de MinTIC muestran un progreso alentador en términos de velocidad y penetración del servicio de Internet fijo, también evidencian que la brecha digital sigue siendo una barrera crítica para muchas comunidades.
No basta con celebrar los aumentos en Mbps si estos no se traducen en una conectividad real para todos los colombianos. El desafío ahora es impulsar políticas que garanticen que los beneficios de la revolución digital lleguen a cada rincón del país, y no solo a quienes ya están mejor conectados.