En los últimos años, el concepto de ‘Fair Share‘ ha generado múltiples debates dentro del sector de las telecomunicaciones a nivel global. Este término, que tiene implicaciones tanto en la neutralidad de la red como en la infraestructura digital.
La reciente edición de ANDICOM 2024 sirvió como escenario para un intenso debate sobre el futuro de Internet en América Latina. En particular, el concepto de «fair share» centró la atención de expertos y generó diversas opiniones sobre su impacto en la neutralidad de la red y el acceso a internet de los usuarios.
En el panel titulado «Innovación y equidad: Explorando el fair share en Telecom», se reunieron figuras clave del sector de telecomunicaciones y política digital para analizar los posibles impactos de la regulación en el tráfico de internet. Los panelistas incluyeron a expertos de diversas instituciones internacionales, como Lucas Gallito, responsable de América Latina, GSMA BUK, Raúl Echeberría, director ejecutivo de ALAI, Christian O’Flaherty, vicepresidente de Internet Society para América Latina y el Caribe y Melissa Horwitz, directora de la Oficina de Asuntos Bilaterales del Departamento de Estado de EE. UU. La moderación estuvo a cargo de José Miguel De la Calle, socio de Garrigues.
¿Qué es el Fair Share y por qué genera controversia?
El ‘fair share’ propone que las grandes empresas de contenido digital, como Netflix, Google y Meta, contribuyan económicamente al desarrollo de las infraestructuras de telecomunicaciones, dado que son quienes generan el mayor tráfico en internet. Sin embargo, esta propuesta ha generado un intenso debate debido a sus posibles implicaciones en la neutralidad de la red.
La preocupación radica en que una implementación apresurada del «fair share» podría llevar a una discriminación en el tráfico de datos, favoreciendo a ciertos contenidos sobre otros y limitando la innovación.
La importancia de la neutralidad de red
Uno de los puntos centrales en el debate sobre el Fair Share es la neutralidad de la red. Este principio defiende que todo el tráfico de internet debe ser tratado de forma equitativa, sin importar su origen o destino. La preocupación radica en que una posible regulación podría romper este equilibrio, afectando tanto a los usuarios como a los proveedores.
Los panelistas coincidieron en la importancia de preservar la neutralidad de la red, un principio fundamental que garantiza que todos los datos sean tratados por igual en Internet, sin discriminación. Según Melissa Horwitz, del Departamento de Estado de EE. UU., «una regulación puede llevar a decisiones distorsionadas desde generadores de contenidos y los proveedores. La clave es la rendición de cuentas, la transparencia».
El reto de la conectividad en América Latina
Desde una perspectiva más regional, Julissa Cruz subrayó que en América Latina todavía persisten importantes desafíos en cuanto a conectividad, especialmente tras el aumento en la demanda de servicios digitales a raíz de la pandemia. Aunque reconoció que el Fair Share es un tema complejo y que no se ha encontrado aún una solución clara, Cruz destacó la importancia de continuar discutiendo y explorando posibles vías de colaboración.
Lucas Gallito añadió que la conectividad es un recurso limitado, debido a la escasez del espectro, lo que plantea desafíos adicionales en la administración de este recurso. Según Gallito, es crucial encontrar mecanismos que permitan una gestión eficiente del espectro, teniendo en cuenta que el 70% del tráfico de internet es generado por tres grandes actores del mercado, subrayando la necesidad de que estos grandes actores contribuyan al desarrollo de las redes.
La incertidumbre de la regulación al Fair Share
El tema del Fair Share no es exclusivo de América Latina. En Europa, se ha discutido durante más de dos años sin llegar a una conclusión definitiva, según afirmó Raúl Echeberría. Añadió que aunque existe espacio para mejorar la optimización del tráfico, no hay condiciones claras para una intervención regulatoria que sea equitativa para todos los actores.
Julissa Cruz, una de las panelistas, destacó la importancia de escuchar la voz de los usuarios en este debate. «Todavía no se sabe bien cómo se va a operar esto para garantizar el cierre de la brecha. Sin embargo, este ejercicio es muy saludable, es un espacio para acercarnos a las soluciones que todavía no se tienen en términos de fair share».
Por su parte, Christian O’Flaherty finalizó el panel señalando que, si bien algunos generadores de contenido dominan el tráfico, también tienen mayores incentivos para mejorar la calidad del servicio. Sin embargo, advirtió que una intervención que penalice el tráfico de estos actores podría terminar afectando a los usuarios, quienes sufrirían las consecuencias de un servicio más lento o limitado.
El debate sobre el Fair Share en las telecomunicaciones es complejo y aún no tiene una solución clara. Mientras algunos actores abogan por una mayor regulación para garantizar una distribución más equitativa de los costos de infraestructura, otros temen que dicha intervención rompa el equilibrio que actualmente permite una red abierta y colaborativa. En todo caso, la discusión seguirá evolucionando tanto en América Latina como en otras regiones del mundo.