Replantear el diseño para pensar en el humano y su felicidad es el llamativo enfoque que Toshiba emplea en sus diseños a pequeña y gran escala.
Buscar la felicidad del usuario, ese es el norte de Kenji Ido y Shihomi Takashi, expertos en ergonomía del Cyber-Physical Systems (CPS) x Design Division de Toshiba.
Su labor está centrada en diseñar pensando en el usuario final, replanteando por completo el concepto de «ergonomía» que todos conocemos. Cuando escuchamos esa palabra, se nos viene a la mente usabilidad, comodidad, que en el terreno de la tecnología nos remite directamente al hardware y a los productos manufacturados.
No obstante, para esta pareja de expertos en diseño, la ergonomía está encaminada a solucionar problemas y hacer el trabajo y la vida más fácil, yendo más allá de buscar la facilidad de uso, explorando en cambio la relación que los seres humanos tenemos con los objetos fabricados, los sistemas, nuestro entorno y otras personas. Es algo que Kenji Ido denomina «Human-Centered Design», diseño centrado en el humano.
Los tres tipos de ergonomía, según diseñadores de Toshiba
Los diseñadores de Toshiba hablan de tres tipos de ergonomía que, juntas, les permiten a las personas sentirse confortables y seguras para alcanzar sus metas.
- Ergonomía física: es la que todos conocemos, la compatibilidad y adaptabilidad de los elementos con nuestro cuerpo, como las sillas de escritorio.
- Ergonomía cognitiva: es el diseño que tiene en cuenta la manera como conectamos con las cosas, relacionada comúnmente con la experiencia de usuario, como la facilidad que tenga un dispositivo para ser operado o la navegación sencilla que pueda tener una pantalla.
- Ergonomía organizacional: aquí interviene el factor social, pues se refiere al diseño de organizaciones o sistemas sociotécnicos: turnos de trabajo que mejoren el desempeño de un equipo, sistemas de recompensa que aumenten la motivación, o mecanismos que permitan hacer sentir feliz a la gente en su sitio de trabajo.
Los expertos señalan que es clave tener conciencia sobre cómo esta ergonomía total tiene un impacto positivo en el usuario en tiempos de tecnología digital y la IA.
Shihomi Takahashi, cuya especialidad es la ergonomía cognitiva, recalca que, teniendo en cuenta que la psicología del diseño busca comprender científicamente cómo pensamos y reaccionamos ante bienes y servicios, es un reto hacer que los servicios y productos digitales se ajusten a las expectativas de la psicología humana y sus características cognitivas, pues no se puede ver cómo lo digital funciona bajo la superficie, de ahí a que se deban diseñar con métodos operativos e interfaces que entiendan dicha psicología.
«Los avances tecnológicos nos permiten ahora visualizar la actividad cerebral», detalla Takahashi, «por lo que podemos realizar análisis psicológicos aún más detallados. A medida que la tecnología evoluciona y se extiende, los dominios que abarca la ergonomía siguen ampliándose».
Diseño ergonómico contribuye a la felicidad
Amarrado al diseño centrado en el humano está lo que Kenji Ido denomina «El ciclo sinérgico del bienestar», que define como esa aceptación del usuario sobre el diseño del cual se beneficia en el uso de algún dispositivo, maquinaria o espacio diseñado.
Como ejemplo, está el nuevo sistema de generación de energía instalado en la Thermal Power Station Group No. 7en Nishi-Nagoya, capaz de emitir 1,4 millones de toneladas métricas menos de CO2. Un equipo de diseño de Toshiba fue el responsable del sistema de señalización de la instalación, y la combinación precisa de colores está pensada para una experiencia óptima de operatividad para el personal de mantenimiento.
La señalización, que se ganó un premio a mejor diseño, está pensada para reducir al máximo el error humano, mediante el entendimiento de las rutinas de la operación, para llegar a facilitar el trabajo de quienes interactúan con la instalación.
De ahí surge este concepto del «ciclo sinérgico del bienestar», pues una instalación como esta materializa los deseos y opiniones de quienes trabajan en ella, y esto deriva en un sentido de pertenencia y satisfacción para los operarios.
«Los trabajadores de la planta donde diseñamos la señalización nos dijeron que estaban orgullosos de trabajar allí. Esta actitud positiva mejora la solidez organizativa, y el funcionamiento seguro y estable de la organización y la planta también beneficia a la comunidad local», explica Kenji Ido, quien detalla que el futuro de la ergonomía es aspirar a ir más allá del diseño local para crear sistemas que impacten positivamente en la sociedad y las organizaciones.
Sin duda, lo que Toshiba concibe como «ergonomía» invita a la reflexión de lo que implica la tecnología en el presente y la compenetración tan profunda que tiene día a día con los seres humanos, y presta atención a un fenómeno alarmante sobre las implicaciones psicológicas que tiene la velocidad de nuestro avance hacia el futuro.